viernes, abril 11, 2008

ORACIÓN " EXPERIENCIA INTERIOR "

Título
ORACIÓN: " EXPERIENCIA INTERIOR”.
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO-ESTADO ZULIA-VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
IMPRESA: VIERNES 11 DE ABRIL DE 2008. HORA: 08 Y 47 PM.
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL: MIÉRCOLES 0 2 SEPTIEMBRE 1998


Oración y Comentarios

Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor

Maracaibo, Viernes 11 de Abril de 2008

(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).


O R A C I Ó N
Señor te alabamos y te bendecimos y te damos gracias. Señor Dios mío no eres sólo alguien a mi lado. Tú estás en mí. Nada en el mundo puede compararse con esta realidad. Ella forma parte de tu misterio único que está más allá de todo cuanto existe. Señor Dios mío, tú escondes lo infinito de tu ser eterno en la pequeñez de mi ser. En el centro de mi vida irradias sin cesar tu poder creador. Tú estás en todo lo que pienso, siento y soy. No hay ningún obstáculo para tu presencia. Señor Dios mío, tú eres el todo que sustenta mi vida. Vives en mí sin negarme la posibilidad de realizar mi vida personal. Tú no me sustituyes ni aniquilas mi identidad. Señor Dios mío, te pertenezco desde lo más íntimo de mí ser y contigo escribo mi historia. Amen y amen...

C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Es maravilloso conversar con el Señor y reflexionar sobre la experiencia interior de tener en nuestro corazón esa presencia de Dios. No estamos solos hermano y hermana radioyente, Dios mora en nuestro corazón. Somos templos del espíritu santo y en consecuencia no importa el momento desagradable o la dificultad que tengamos. Siempre, siempre pero siempre, gozaremos de la compañía grata, amorosa y misericordiosa de nuestro Dios. En esta mañana hermano y hermana radioyente, evitemos que nuestro corazón se transforme en un almacén de penas contenidas y guardadas. Hacemos mal a nuestra propia salud cuando retenemos sentimientos negativos tales como la injuria, calumnias, maledicencias, venganzas o cualquier otro tipo de esos sentimientos. No siempre es fácil perdonar y mucho menos olvidar. Pero es ideal que nosotros perdonemos y hagamos todo lo posible por olvidar. Con esto nos liberaremos plenamente de un mal que insiste en no dejarnos en paz. Una vez alguien preguntó al maestro Jesús, si se debía perdonar hasta siete veces al prójimo y Jesús le respondió: no siete veces, sino setenta veces siete. Debemos hacer todo para que no nos incomode la felicidad ajena. Alegrémonos siempre que sepamos que una persona es feliz. Deseemos sinceramente que esa persona lo sea siempre y si depende de nosotros que alguien tenga felicidad no regateemos esfuerzos para que ello suceda. Debemos ser motivo de felicidad para los otros. Debemos aumentar si podemos, esa felicidad, y por sobre todo, evitar que disminuya la felicidad que otros ya tienen. El día en que cada uno de nosotros construya razones para la felicidad del prójimo, este mundo será mejor. Animo, gozo, alegría...



N O T A D E L A U T O R


Amigos y amigas, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- “DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO”. ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.