viernes, febrero 27, 2009

LA NOTA CORTA. “BREVES EXPLANACIONES SOBRE NUESTROS CONFLICTOS INTERNOS”.



LA NOTA CORTA. “BREVES EXPLANACIONES SOBRE NUESTROS CONFLICTOS INTERNOS”.

POR PROF. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.

MARACAIBO .ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.

REDACTADA Y PUBLICADO EN LA RED. JUEVES 26 DE FEBRERO DE 2009.


No logramos entender, que somos criaturas muy frágiles, incapaces de agregar aunque sea un solo centímetro a nuestra estatura, ni un solo cabello a nuestra cabellera y sin embargo continuamos desafiando a Dios, ofendiéndolo, transgrediendo sus normas y pensando que, por que Dios nos dio la gran oportunidad de poder someter todas las fuerzas del universo a nuestro dominio, ese solo hecho bastará para que nosotros podamos vivir sin el amparo, sin el amor y sin la protección de Dios. Esta situación es la que ha hecho que la humanidad se encuentren en el estado de deterioro, de depauperación, de esa gran crisis de valores que hoy azota nuestra sociedad y que la ha transformado en la sociedad pendenciera, belicosa, prostituida, anómica, caminando de espaldas hacia Dios y que la coloca al borde del precipicio, precipicio en el cual, el mal y el príncipe de las tinieblas reinan. Disculpen ustedes amigos lectores que le haya girado el contenido de estas reflexiones hacia lo teológico, filosófico y religioso ,pero no podía hacer menos ,ya que hablar de nuestros conflictos internos siempre nos desplazará el análisis hacia nuestras actitudes, conductas y procederes en la familia, en la sociedad y en la generalidad de nuestras interrelaciones personales. Nos pavoneamos, pensando que somos autosuficientes, que podemos lograr todo y que no nos hace falta Dios para conquistar cualquier cosa que no propongamos, bastándonos única y exclusivamente solamente nuestros esfuerzos. ¡Qué ilusos!.

Si nuestro buen padre Dios no hubiese enviado a su hijo ,nuestro buen señor Jesucristo para redimir nuestros pecados, pagar nuestras culpas, morir en una muerte de cruz, pasar por la pasión, crucifixión muerte, y posterior resurrección, nada de lo que hoy disfrutamos como por ejemplo el perdón de los pecados y la vida eterna por la pura misericordia de Dios , ya hace rato tendríamos un tiempo bastante prolongado compartiendo con las criaturas del mal en el averno. Jesús tomó su cruz con fuerza, como estoicidad y murió allí, el que no tenía pecados, para pagar la factura por los nuestros, allí en la cruz la clavó y ese acto devino en la derrota y en la muerte del maligno.

La mayoría de nuestros conflictos internos, de nuestras batallas interiores se originan en la violación o transgresión por parte nuestra de los designios y preceptos del señor y también por un acto de cobardía cuando no enfrentamos la realidad, cuando no asumimos nuestra verdadera función frente a la sociedad, frente a nuestra familia frente a nuestro trabajo, frente al mundo. Es un acto de cobardía que tiene que ver con no tomar nuestra cruz y seguir a Jesucristo. Es un acto de cobardía por no negarnos a nosotros mismos ,es decir negar que somos ciudadanos del mundo y que no obstante que vivimos en el mundo terrenal, somos seres espirituales, somos seres hechos a imagen y semejanza de Dios y cuyo reino no es de este mundo sino del mundo de la verdad, del mundo de la justicia ,del mundo del amor, del mundo en donde no existen penas , ni enfermedades , ni el dolor, ni la muerte .Es el mundo celestial, es el mundo de Dios, es el reino del amor, ese reino de la justicia, ese reino de la paz ese reino que aunque no lo queramos está destinado para nosotros.

A continuación y con la aquiescencia de mis lectores transcribiré una de las citas bíblicas correspondientes al episodio según el cual Jesús debía morir en una muerte de cruz ,al tiempo que se nos refiere la necesidad por parte nuestra de negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús como señal y signo auténtico de nuestra cristiandad:

Lucas 9, 22-25


En aquel tiempo, dijo Jesús: El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día. Decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?

En el orden que nos hemos propuesto el lector encontrará la transcripción de algunos fragmentos contentivos de alguna reflexiones de San Juan de Ávila y que estoy seguro serán de mucha utilidad para el tema que hoy abordó en esta nota corta:












"¿TIENES GUERRA EN EL INTERIOR?

La paz en el creer está, no en el escudriñar.
"En el obedecer con simpleza lo que Dios envía, no en creer que otra cosa fue mejor. En ser regido, no en regir. En seguir, los ojos cerrados, tras esa luz divina que errar no puede, no en tenerlos abiertos a escudriñar lo que alcanzar no podemos y lo que nos hace verdaderamente ciegos, consistiendo nuestra luz en seguir la divina."

(Fragmento tomado de San Juan de Ávila...c 117 )

"Cuando el niño se porta como tal, tiene asegurada la protección, la ayuda y el cariño de su padre. Sería fatal para el insolentarse y rechazar a su padre para vivir según sus caprichos, creyendo que se basta a sí mismo.

Lo mismo nos sucede a los cristianos. Solamente nos va bien y tenemos paz y alegría verdaderas, si vivimos evangélicamente: como niños que se pliegan en torno a la voluntad del padre. Lo fatal es que dejándonos llevar del secreto deseo de divinidad robada que heredamos de nuestros primeros padres, tratemos de suplantar a Dios y de que ,por encima de su voluntad se imponga y prevalezca la nuestra. Entonces viene la intranquilidad, la turbación y la guerra interior.

Si queremos paz y felicidad no hay más remedio que conformar nuestra voluntad a la de Dios y lograr que nuestro entendimiento acepte como mejor lo que él dispone. Por que sólo expulsado de nosotros el contrario, "no hay quien riña con Dios", como decía San Juan de Avila.

El mismo santo explicaba esto gráficamente mediante la comparación de un mozo pendenciero que alborota la casa. No hay más remedio que expulsarlo para que se acaben las revueltas y peleas y haya paz y tranquilidad en casa. Y lo mismo nos pasaría a nosotros. "Si dejásemos nuestro propio parecer y siguiéramos el de Dios y lo dejásemos a él hacer, en nuestra casa habría paz. Ella fuera tu propio sentido y quedarás en paz. Quiero decir que, si Dios te quiere llevar por breñas y barrancos, no te parezca que irías mejor por lo llano o por otra parte que eso es lo que te hace tener guerra entre ti".

El precio, pues, de la paz interior es negar nuestros quereres y juicios contrarios a Dios. El entendimiento no rendido a él es "el derramasolaces, enemigo de la paz... e ídolo puesto en el lugar santo de Dios.

Desatinamos cuando juzgamos los acontecimientos según criterios humanos, que son medida inadecuada para la anchura y altura del cielo. Creer que Dios sabe mejor que nosotros lo que nos conviene y que no quiere sino nuestro bien, y que nos ayudará a salir airosos de cualquier trance difícil, es lo que únicamente nos conserva en paz y tranquilos. Sólo así nos liberaremos de los grandes desasosiegos que sienten los que a su propio parecer miran. Porque quieren escudriñar los altos y ocultos juicios de Dios por su flaca y poca sabia razón, que, para las cosas de Dios, es como ojos de lechuza a para los claros rayos del sol".

Esta es la primera letra del a, b, c,: que quien quiere seguir a Cristo se niegue a sí mismo. En esto habréis de trabajar: en que se rinda vuestro corazón a Dios. Cuando vuestra voluntad estuviere tal que en todo quiera lo que quiera Dios y no lo que vos, entonces os irá bien" . (Estos fragmentos fueron tomados del libro: ¿CÓMO SUPERAR EL DOLOR? Autoría de MARINO PURROY. Santa Fe. Bogotá Colombia. Editorial San Pablo. Sexta edición. 1995. Págs. 69- 71 ).

Aunque lo quedamos, aún que no nos guste, aún que pasemos la mayor parte de nuestra vida evitando esa situación, nunca podremos lograr ésa evasión ya que está escrito que para poder ganar el reino de Dios es necesario tomar nuestra cruz, negarnos a nosotros mismos y seguida Jesucristo. No hay otra Jesús lo dijo Dios suyo el camino, la verdad y la vida. No hay otro camino hacia el padre. No hay otro camino hacia la salvación. De allí amigo lector mí palabra de exhortación para que de una vez por todas le hagamos la puerta de nuestro corazón a nuestro señor Jesús para que nos conduzca para que nos guíe, para que nos oriente y para que podamos llevar nuestra cruz con estoicidad, con alegría, en la seguridad de que Jesús, de que Dios, de qué espíritu santo, de que nuestra virgen madre María estará haciendo esa cruz más liviana, menos pensada y en el cumplimiento de nuestra misión para que cumpliendo de esta manera con el proyecto de salvación que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros podamos morar en la casa de nuestro padre. Amén y amén...


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