jueves, marzo 05, 2009

ORACIÓN “JESÚS ALIMENTO DE MI ALMA”






ORACIÓN “JESÚS ALIMENTO DE MI ALMA”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL JUEVES 25 SEPTIEMBRE DE 1997.
TRALADADA A LA RED EN JUEVES 05 DE MARZO DE 2009.
(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radio eléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).
Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González publicada: JUEVES 05 DE MARZO DE 2009.

O R A C I Ó N

Tú te has dado nosotros Jesús nuestro, en el santísimo sacramento, no solo como alimento y sostén de nuestra vida sobrenatural sino también como recompensa de nuestros trabajos y esfuerzos en tu santo servicio. Recibe mis pobres acciones gracias, que yo quisiera fuesen infinitas por tu inefable bondad. No quiero señor Jesús otra recompensa sino a ti solamente. Nada hay para mí, en el cielo ni sobre la tierra, fuera de ti que eres el Dios de mi corazón y mi herencia para siempre. Hazme gustar la suavidad y la mucha dulzura que escondes aquí en este mundo para los que te aman. Del calvario de mis penas vendré al tabor, al tabor de tus tabernáculos, para encontrar en ellos fuerzas y alivio. El peso de mis cruces se hará liviano con los encantos de tu divina presencia. Por el fuego que aquí enciende tu amor, es como se puede decir con aquella santa: o padecer o morir, o con aquella otra, padecer y no morir. Cuando yo aprenda a no deleitarme sino en ti, oh salvador mío, nada me será duro en el servicio que te debo. Que importan señor todos los trabajos de este mundo, si tú estás a nuestro lado. No te separes de mi señor y enséñame a buscarte aquí siempre, para que te encuentre también en las alturas de tu gloria . Amén y amen...


COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Es verdaderamente indescriptible e inexpresable con palabra alguna lo que se siente al estar delante del señor y tener por su misericordia la oportunidad de platicar con el, en un diálogo hermoso, en donde nos acercamos al señor para alabarle, bendecirle, glorificarle, y para decirle: señor Jesús aquí estoy ante ti, postrado con un corazón humilde sencillo. Para decirte también señor, que quiero que continúes en mi vida por siempre, guiándola, conduciéndola señor por los caminos de la luz, de la paz, santidad, de la gracia y del amor, de la justicia, de la solidaridad. Pero también señor, en este día, hemos reflexionado sobre nuestra propia manera de ver las cosas y hemos concluido que esa manera particular de conducirnos en algunas oportunidades dejándonos guiar por nuestras propias convicciones humanas, no nos conducen a lo que te agrada .Y también hemos concluido, que debemos vencer señor nuestras actitudes negativas, nuestros sentimientos subalternos como el odio, la envidia, la vanagloria o la omnipotencia humana. Por ello en este día debemos aprender hermano y hermana que nos escuchas, a vencernos para poder vencer, asi como lo escuchas, si quieres vencer debes vencerte. Únicamente sobre los despojos de las propias pasiones, se incorporará la contextura de un hombre nuevo. No existe mayor triunfo, que el triunfo y la victoria sobre uno mismo. Cristo es la fortaleza. El y solamente el, nos auxiliará en esa tarea. Recordemos que hasta Cicerón, el orador pagano, proclamó la victoria de César, al perdonar a Marcelo, como superior a cuantas había conseguido contra los enemigos de la patria. Es relativamente fácil obtener éxitos que nos conquisten aplausos y nos llenen de gloria ante los hombres .Pero cuesta conseguir esos triunfos silenciosos sobre las pasiones propias y sobre los naturales defectos y sin embargo es directa la proporción que existe entre el vencimiento de uno mismo y la elevación espiritual. Tanto más efectivo es el progreso y cuanto mayor es el empeño en vencerse y superarse. Son muchos, hermano y hermana, los que aman las alturas, pero muy pocos los que quieren subir por el camino lleno de la abnegación y de sacrificios que conducen a ellas. Quisiéramos tal vez ascensores eléctricos que en un día nos subieran a las cumbres, desconociendo que para escalar las alturas de la propia percepción no sirven de sus inventos .Es indispensable que te convenzas de que solamente violentándote a ti mismo, renunciando a tus propios gustos e imponiéndote a tus propios caprichos e inclinaciones, llegarás a triunfar. Entonces que esperas. Vamos a vencer nuestras pasiones, nuestras tristezas, nuestras actitudes negativas, clamando al Dios para que se enseñoree en nuestra vida. Ánimo, gozo, alegría...














ETIQUETAS: Cicerón, inventos, subalternos, vanagloria, Jesús mi alimento, sostén de vida,



N O T A D E L A U T O R
AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- “DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO”. ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.