martes, mayo 19, 2009

ORACIÓN “CONCIENCIA DE SANTIDAD”





ORACIÓN “CONCIENCIA DE SANTIDAD”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL JUEVES 16 ABRIL DE 1998.
TRALADADA A LA RED EN MARTES 19 DE MAYO DE 2009.


(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radio eléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).
Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González publicada: MARTES 19 DE MAYO DE 2009


O R A C I Ó N

Señor Jesús te alabamos y que bendecimos y te damos gracias, nuestro señor. En ti aprendimos que santo eres tú y que santo es el señor. Pero que también nosotros podemos labrar el camino de la santidad a través de nuestra actitud y actividades en la vida. Con nuestros actos, con nuestras obras, podemos ir caminando despacio y lentamente hacia el camino de la santidad. Recordar hermano y hermana en presencia de Jesús, que la santidad es una gracia, es tener plena conciencia de que la santidad es el desarrollo pleno de la gracia, es decir la configuración con Cristo, vivir conforme a su voluntad, recordar lo condición social del hombre que vive inmerso una sociedad compleja, que lo liga y lo entreteje con las múltiples estructuras y situaciones del ambiente. Por eso señor te pedimos en esta mañana que nos permitas dedicar buena parte de nuestro tiempo a la realización de esas actividades propias, de nuestro condición de ser social, las cuales además de que pueden aportar un provecho personal, son el sustento diario para qué de esa forma podamos al mismo tiempo beneficiar toda actividad que implique ayuda al prójimo. Señor enséñanos a captar la necesidad de conjugar los dos aspectos, es decir el cumplimiento de nuestras obligaciones diarias y propias de nuestra profesión y oficio, pero combinándolas con la exigencia cristiana. Ambas actividades se complementan, y la santidad señor tú nos lo dijiste: nos lleva a perfeccionar el quehacer diario y esto nos permite llegar a tu padre por el servicio y por tu intermedio señor. Con esta perspectiva hay que emprender el itinerario hacia Dios, ofreciendo nuestras obras al señor, con el pleno convencimiento de que Cristo nos acompaña, como le hiciera con los caminantes de Emaus, para comprendernos y ayudarnos. Amén y amén…

COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Es extraordinariamente gratificante, hermoso y bello platicar con el señor. Y en esta mañana hermano y hermana radioyentes, hemos puesto de relieve en esa conversación: la santidad. Y es que la santidad no es algo prohibitivo para los seres humanos. A veces por distorsión en la información, por distorsión en los mensajes que nos bombardean diariamente a través de los medios de comunicación social, creemos y a veces hasta aseguramos que no podemos ser santos. Pero déjame recordarte hermano y hermana radioyentes, que en la palabra del señor se nos dice: sed santos, como santo es el señor, y el camino de la santidad lo podemos librar, lo podemos transitar todos y cada uno de nosotros cada día. Ese tránsito hacia la santidad está lleno de obras. Estas obras tienen una agente, un sujeto. Ese sujeto eres tú, soy yo, somos todos. Construimos el camino de la santidad en la medida en que nosotros nos vinculemos con Cristo, nos vinculemos con la comunidad de mártires, de santos. Nos vinculemos con el padre, con el hijo, con el espíritu santo, bajo la intercesión de nuestra virgen madre María y evidenciando con nuestras obras y con nuestros hechos, que estamos caminando el camino de la santidad, la cual se va laborando a través de obras de misericordia, de piedad, de justicia, de solidaridad. En esta mañana hermano y hermana radioyentes, vamos a iniciar ese camino si es que no las iniciado. Pero si ya lo has comenzado pídele al señor que te de fortaleza para seguir en ese camino. El minuto que estás viviendo ahora hermana radioyentes es el más importante de tu vida, dondequiera que te encuentres. Presta atención a lo que estás haciendo. El ayer ya se fue de tus manos, el mañana todavía no llega. Vive el momento presente porque de el depende todo tu futuro, procura aprovechar al máximo el momento que estás viviendo, sacando toda la utilidad que puedas para perfeccionarte siempre más y más. Esto le agrada a Cristo. Recuerda, no debemos humillar a nadie. Los errores de otros cometen hoy. los podemos cometer también nosotros mañana. No te juzgues nunca de intachable o de infalible porque todos pueden fallar, aun tu mismo. Trata a los otros con tolerancia para poderlos corregir si yerran. La perfección es del padre, pero nosotros podemos ser perfectos si cambiamos nuestra forma de ser. No exijas de los otros lo que tú tampoco puedes dar. Procura comprender al prójimo y no hieras nunca los que te benefician. Procura comprender las palabras y las acciones de lo demás, especialmente si ellos te aman. No hieras las sensibilidades ajenas porque tú sabes cómo sufres cuando te hacen eso a ti. Cómo duele oír palabras duras de ingratitud proferidas por labios de personas a las cuales amamos. No hagas eso hermano y hermana radioyente. Procura comprender a los otros. Ayuda a todos, de la misma manera que te gustaría ser ayudado. Si tienes empleados trata de comprenderlos, trata de entender sus dificultades, así como tú deseas que comprendan las tuyas. Colócate en el lugar de los demás y trátalos cómo te gustaría ser tratado si estuvieras en ese lugar. El empleado es un hermano, es un hermano tuyo que está iniciando su carrera, ayúdalo lo más que puedas y no te arrepentirás. Tu prójimo es tu hermano y si tu prójimo te pide una ayuda debes dársela. Si esa ayuda es material y no la tienes, entonces, dale el dulce sabor del consuelo, de la palabra del señor y una buena oración para que ese problema se solucione. Así hermano y hermana radioyentes se construye el camino la santidad. Somos nosotros los que tenemos que dar ese paso. Y en esta mañana yo te invito a que le pidas al Señor Jesús, a nuestro buen Jesús, que te de la capacidad, la fuerza necesaria para iniciar o fortalecer, según sea el caso, el camino de la santidad que en esta mañana has comenzado a transitar. Animo, gozo, alegría…



ETIQUETAS: AYUDA Y CONSUELO, HERIR Y OFENDER, PERDONAR Y COMPRENDER,


N O T A D E L A U T O R
AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- “DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO”. ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.

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