sábado, agosto 15, 2009

ORACIÓN “LA CONDENA DE DIOS NO ALCANZA AL JUSTO”






ORACIÓN “LA CONDENA DE DIOS NO ALCANZA AL JUSTO”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN RED:SÁBADO 15 DE AGOSTO DE 2009.

O R A C I Ó N

Señor Dios como eres justo, riges el universo con justicia, y consideras incompatible con tu poder condenar a quien no merece ser castigado. Porque tu fuerza es el principio de tu justicia, y tu dominio sobre todas las cosas te hace indulgente con todos. Tú muestras tu fuerza cuando alguien no cree en la plenitud de tu poder, y confundes la temeridad de aquellos que la conocen. Pero, como eres dueño absoluto de tu fuerza, juzgas con serenidad y nos gobiernas con gran indulgencia, porque con sólo quererlo puedes ejercer tu poder. Amen y amen… (Fragmentos del libro de la sabiduría, capitulo 12)


COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)




Permanecer siguiendo la voluntad de Dios no solamente es una bendición, sino un gran privilegio y una muestra del amor que Dios tiene por nosotros, porque sólo se mantiene firme en su fe, quien subordina su corazón y su vida al padre creador. En esta oración hemos alabado al señor, pero al mismo tiempo al reconocer su señorío, de manera directa, también hemos aceptado que sus juicios son justos y que en ningún momento, en ninguna oportunidad, en ninguna hipótesis, el señor podrá dictar juicios injustos. En el libro de la sabiduría y muy específicamente en su capítulo 12, encontramos una muestra de esa misericordia, pero también de la justicia con la que actúa nuestro señor. A quien haya que condenar, seguramente, será condenado por sus obras, por sus actos y por sus intenciones.. Dios tendrá suficientes razones racionalmente válidas y espiritualmente notorias para proceder a ésa condena. Pero no es el caso del justo, quien con sus decisiones, sus actos, sus obras y su sumisión al control, orientación y ayuda del buen Dios, deberá o podrá ser condenado. Con infinito amor, pero también con mucha misericordia y justicia, Dios observa y valora los sentimientos, los pensamientos y las acciones u omisiones del hombre. Pero Dios también es indulgente y por esa razón perdona y lo hace porque tal como nos lo enseñó Jesús al responder a su discípulo Pedro en relación a la interrogante de cuantas veces debemos perdonar a quien nos ofende. El señor Jesús le manifestó que no eran siete veces como Pedro había sugerido, sino más bien setenta veces siete. Es decir la capacidad y la concreción del perdón son infinitas. El argumento que soporta esta aseveración, es que el señor siempre nos concede, oportunidad tras oportunidad, hasta el final de nuestras vidas, para arrepentirnos de nuestros pecados y de nuestras malas acciones. Pero resulta más conveniente seguir los caminos de Dios, cumplir su voluntad, y entregarle el control sobre nuestras vidas a el, en lugar de transitar los tenebrosos caminos del mal, de la injusticia, del engaño y de todo aquello que se aparte de la enseñanza bíblica. Cuando se vive de esta última manera, nunca se estará seguro del acceso al cielo, de la vida eterna prometida por nuestro señor Jesucristo, ello en virtud de que la muerte no avisa su llegada y existe gran probabilidad de que pueda llegar sin que nos háyasenos reconciliado con Dios, sin habernos arrepentido de nuestros actos malvados, sin recibir la absolución y consecuencialmente perder nuestra alma inmortal en beneficio del maligno. De modo que la condena de Dios no alcanza al justo, pues como ya se dijo, la vida de este, está consagrada al ejercicio de la verdad, de la justicia, de la misericordia y del perdón, en definitiva al servicio a Dios. Señor Jesús hijo de Dios y señor nuestro, fortalece nuestra fe y mantén siempre tu oído inclinado a nuestro clamor. Ánimo... aleluya.

ETIQUETAS: oído, clamor, oportunidad,



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