domingo, agosto 30, 2009

ORACIÓN“JESÚS CRISTO, NO PERMITAS QUE ME APARTE DE TI”








POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED DOMINGO 30 AGOSTO DE 2009.

O R A C I Ó N


"El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. "Pero hay entre vosotros algunos que no creen." Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: "Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre." Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?"Le respondió Simón Pedro: "Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios."
Jesús les respondió: "¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo." Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste le iba a entregar, uno de los Doce. Amen y amen…( Fragmentos del Evangelio según San Juan , capítulo 6 )


C O M E N T A R I O

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Oh buen Jesús tus emanaciones de amor, tu profundo amor por tus criaturas, me sobrepasa y con medida remecida has colmado mis vacíos y mis carencias. A través de tú enseñanza y de tus gloriosas manifestaciones nos muestras el camino de la santidad, vida eterna y de tu santo amor, te damos gracias porqué sin ti no hubiésemos tenido la oportunidad del perdón de nuestros pecados y de nuestras faltas. Bien dijiste que la carne no vale nada y que es el espíritu del que nos da gracia, santidad y vida. No permitas que mi voluntad, mis decisiones, mis pensamientos y mis actuaciones me separen de ti. En ti confío señor Jesús y en consecuencia nada ni nadie de apartará de tu divino amor, de mi fe en ti, de mi seguridad ante tu presencia, ante tu poder y ante tu inmarcesible gloria. Eres el camino que nos conduce al padre y quién te ha visto, ha visto al padre, pues el enviado sabe quién lo envía y lo conoce. Tú hijo de Dios, conoces al padre, y a través de ti, nosotros también lo conoceremos, según tu disposición y tus designios. También se que por momentos, sufro de reducciones en la intensidad de esa fe. Las dificultades y los problemas, lo mismo que las tentaciones y mis debilidades, a ratos, contribuyen a que temporalmente me aleje de ti. Sin embargo tu infinito amor, tu ilimitada capacidad para perdonar, permite a través del sacramento de la reconciliación, que podamos obtener la absolución de nuestras faltas, a través de un sincero arrepentimiento y la convicción de no volver a pecar. Mantén siempre tu oído y tu presencia delante de mí señor Jesús, pues sin ti nada podré hacer y mi vida, obsequio de Dios, no tendrá sentido y estará a vacía y cargada de pesadumbre, desesperanza, desasosiego y tristeza. Ánimo... aleluya